Pequeñas cámaras inalámbricas activadas por el movimiento, están escondidas en los bosques situados a lo largo de las fronteras de más de 30 países, con el objetivo de detectar la entrada de intrusos.
Los dispositivos secretos de alta tecnología han sido construidos por Defendec, una empresa de tecnología de Estonia y son similares a los detectores de movimiento de los sistemas de seguridad doméstica, aunque mucho más sofisticados.
Los sistemas permiten vigilar la entrada de posibles invasores o instrusos en zonas salvajes y pueden ser utilizados de forma autónoma por las fuerzas especiales o ser gestionados en un cuartel general para vigilar centenares de kilómetros de frontera.
Aunque no se sabe exactamente qué países disponen de los dispositivos ni en qué lugares han sido instalados, se sabe que varios países de Europa del Este, América del Sur, el sudeste de Asia y América Latina ya utilizan el sistema, llamado Smartdec.
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